Paso 8: Las dudas

Pues si, las dudas. Y no me refiero a las del inicio del proceso migratorio, en las que no sabes ni por dónde empezar. De las dudas que vamos a hablar ahora son las que existen durante la preparación del viaje, en su ejecución, en el avión de ida y apostaría que durante mi futura estancia allí.


Hoy ha sonado el teléfono unas cuantas veces y tengo que destacar dos de las llamadas recibidas. Por una parte me han llamado de una agencia de las que gestionan todo lo relacionado con la escuela en Australia (visado, reserva del curso, seguro médico,....) y por la otra me han ofrecido entrevistarme para un trabajo en Mallorca al que, sinceramente, me apunté como quién no quiere la cosa un día de aburrimiento en Infojobs.


En cuanto a la primera llamada, ningún problema. Un chico muy majo (de eso viven) me explicó cómo sería el proceso, me envió un par de presupuestos que mejoraban los que ya tenía y me dio unos cuantos consejos que actualizaré en sus respectivas secciones cuando proceda.

La segunda no sabría muy bien cómo calificarla, pero ha revivido algunas de las dudas que cualquier ser con sangre en las venas debe tener antes de dar un paso como el que estamos abordando. ¿Estaré haciendo lo correcto?¿Habré hecho bien lanzándome a la aventura?¿Si me ofrecen el puesto qué hago? ¿Donde coj... me estoy metiendo?


Una por una, como una batería de artillería mental, todas estas y muchas más cuestiones han ido desfilando cual pasarela por mi cabeza durante un buen rato. Y aunque alguna sigue rondando y no me quiere dejar, se ve que algo bueno debí hacer cuando me inicié en esta aventura para saberme responder a (casi) todas estas preguntas con una seguridad inusual en mi.


En la vida, cada uno debe plantearse hacer lo que tiene que hacer. Esto que suena a perogrullo es una obviedad que ignoramos frecuentemente. Podemos engañarnos mucho tiempo, incluso toda la vida, pero en el fondo estamos diseñados para intentar dar aquellos pasos que nos hagan felices y que nos permitan disfrutar nuestros momentos al máximo. Y, desde luego, hay que ser conscientes de que equivocarse forma parte del proceso. El problema no son los pasos mal dados, sino los que no se dan. Y aunque da miedo, si intentamos realizar los proyectos que deseamos con un mínimo de sentido, nunca nos quedará la peor de las dudas: ¿Qué hubiera pasado si...?

Por si acaso, vamos a cruzar los dedos y esperar que la oferta no se produzca o las condiciones no sean increíbles, no vaya a ser que vuelvan las malditas dudas....



 "El mundo es un libro y el que no viaja no ve más que la primera página"

Comentarios

  1. Qué dolor de barriga del bueno me entra cuando leo estas cosas...

    Planeta Baum

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