Paso 77: Rainbow Beach - Fraser Island

Primera entrada del año con la que este blog llega a las 100.000 visitas. Estoy sorprendido de cuánta gente se ha pasado por aquí, aunque en algún caso no haya sido más que de forma puntual, para compartir en mayor o menor medida mi interés por Australia y por las nuevas experiencias y sentimientos que está aportando a mi vida. Gracias a todos, de verdad, es increíble!

Y como ya adelantaba en el paso anterior, para empezar bien el año nada mejor que descubrir unos cuantos sitios de los que Australia nos guarda bien escondidos. Así que ya quedan un par de rincones menos por visitar de la lista de obligatorios: Rainbow Beach y Fraser Island.

Arrancamos el último día de 2012 camino de Rainbow, unos 200 Km al norte de Brisbane, cruzando la Sunshine Coast. Cargamos nuestro coche de alquiler con nuestra cena de fin de año, ropa para unos días y muchas ganas de pasarlo bien y nos dirigimos hacia nuestro destino con la esperanza de disfrutar de un día especial, completamente distinto a lo vivido hasta ahora. Y vaya si lo fue. Nada más llegar ya nos dimos cuenta de que algo no encajaba con lo planeado. La supuesta fiesta en la playa era una especie de fuego de campamento para quinceañeros y no habría DJ, ni miles de personas bailando... Aunque hubo gente de la expedición que se quedó algo decepcionada para mi era parte del plan. 

No necesitaba nada más que a mis amigos, algo para cenar y disfrutar del lugar. Así que, tras comernos los langostinos y las uvas de rigor (con vídeo de Martes y 13 en mi móvil incluido), llamar a casa y brindar con champán, tocaba dejarse llevar. Nuestra elección del vino también tuvo su influencia (nunca nunca bebáis vino Gossip, al día siguiente me quería morir del estómago!!!) y me reí como un loco toda la noche. Pero sin duda el momento que nunca olvidaré será el amanecer que vi en la playa. Imaginaos 23 km de arena blanca, el agua a unos 22º, olas de las que te hacen sentir como un niño pequeño durante horas, aunque dan algún susto que otro, y una película de agua que cubre casi toda la playa, formando un espejo de dimensiones extraordinarias. Si a esta mezcla le añadimos el momento exacto en que ves el sol salir por el horizonte y empieza a reflejarse, cubriendo todo de luces y colores... Increíble (cómo me hubiese gustado que estuvieses allí conmigo!). 

En aquel momento eché muchísimo de menos una cámara para guardar aquel instante para siempre en forma de fotografía. Pero también me di cuenta que a veces nos perdemos los mejores momentos de nuestras vidas al otro lado de un objetivo. Así que quedará igualmente guardado para siempre, pero sólamente en mi memoria. Puse toda mi atención para no perderme ni un detalle de aquel espectáculo. Y creo pasará el tiempo y recordaré aquel fin de año en Rainbow Beach, rodeado de arena, mar y un amanecer como no he visto otro hasta ahora en mi vida. Aunque seguro que llegarán otros mejores ;)

Nuestro segundo día es para olvidar. Tras dormir unas pocas horas en la playa me levanté con una resaca considerable y el estómago a la altura de los tobillos. No merece la pena ni mencionar el resto del día. Me voy al día 3 del viaje, camino a Fraser Island!

Tras recoger el 4x4 a primera hora, un curso acelerado en vídeo de conducción sobre arena, un par de consejos para evitar problemas con dingos y un breve viaje hasta el ferry en River Heads y estábamos a bordo. Nuestro cochazo sería bautizado un par de días después como "potrillo" por poder con cualquier tipo de obstáculo con el que lo pusimos a prueba.

El primer día en Fraser cruzamos la isla de oeste a este. Seguimos una ruta en la cual pasábamos cerca de varios lagos para terminar en el extremo sur de la isla y acampar por allí cerca, a pie de playa. Así que pasamos por Central Station y vimos los lagos Birrabeen y Boomanjin. Teníamos idea de ver el Wabby pero llegamos cansados y lo descartamos. El fin de fiesta fue tumbarnos a ver las estrellas durante un buen rato y no pensar en nada más.

La verdad es que no imaginaba que las condiciones de los caminos pudiesen ser tan duras. Eran pistas de arena donde quedarse atascado no era nada complicado. Además caminos estrechos, plagados de baches enormes, con raíces de árboles cruzando de lado a lado... Requería una total atención a la conducción y no era nada agradable para los que iban sentados atrás. Por si fuera poco había que buscar alguna escapatoria cuando nos encontrábamos de frente con otros 4x4. Toda una experiencia, lo aseguro.

El día 2 me levanté de primero (5:30am) y me fui a ver el amanecer, a ver si había suerte de nuevo. La playa era igualmente bonita pero el espectáculo no fue comparable, aunque ahí tenéis la foto para comprobar que tampoco estuvo mal. A mi vuelta ya estaba la gente empezando a levantarse y montamos una minifiesta de cumpleaños para Ana, con matasuegras, globos y tarta con velas en forma de sandwich de nutella! Además tuvimos la mala idea de dejarla al mando durante todo 'su' día, de lo cual sacó más que partido :) Yo también querría tener un cumpleaños tan especial como el suyo... Happy B-Day bestie!

Este día fue el que más cosas hicimos, recorriendo la Eastern Beach de Sur a Norte y vuelta, parando en Eli Creek, Maheno's wreck (barco encallado en Fraser desde 1935)y The Cathedrals hasta llegar en el extremo norte a Indian Head, unos acantilados donde vimos una tortuga marina y unas vistas fantásticas de las playas al norte y al sur. Ese día lo rematamos de la mejor forma posible en Champagne Pools, unas piscinas naturales que se cubren de espuma cuando rompen las olas al otro lado de las rocas que las separan del mar. Lo mejor del viaje para los cinco componentes de la expedición: Ana, Elisa, Jorge, Cris y un servidor.

El último día nos lo reservamos para el Lago Mckenzie y allí estuvimos hasta la hora de tomar el ferry de vuelta. Es el 'spot' más visitado pero, sinceramente, para mí va en tercer lugar tras las piscinas y Eli Creek. Devolución de vehículo y vuelta a casa, para rematar un viaje increíble trabajando al día siguiente a las 6 am :)

Como digo, fue un viaje alucinante, lleno de sorpresas y con lugares únicos. De lo mejor del viaje fue la desconexión con el resto del mundo, el saber estar cinco días sin teléfono ni internet, con muchas oportunidades para sentarme delante del mar o bucear en medio de un lago azul y tener un momento para organizar mi vida y pensar en mis cosas. Y sentir cuánto mundo me queda por descubrir aún. Y cuántas cosas me faltan por hacer o qué afortunado soy de poder estar haciendo realidad aspectos de mi vida con los que llevaba mucho tiempo soñando. 

Y aún con todos estos sentimientos que me hacen sentir feliz, tener claro que será aún mejor cuando llegues, cuando estés en esa playa conmigo, cuando tú también puedas ver ese amanecer o bañarte en ese lago. O perder la noción del tiempo y dejarnos llevar viendo las mismas estrellas que nos dejamos atrás en aquellas dunas. En 15 días se acaba la cuenta atrás. Por fin ♥!

Esto no ha hecho más que empezar, y ya van 77 pasos... No sé cómo salir de este bendito lío ;)