Paso 30: Escape

Alguna vez había aclarado mis motivos para iniciar este camino pero antes de explicar este paso me gustaría definirlos nuevamente: vivir una experiencia en el extranjero, conocer un país fascinante y mejorar mi inglés. Si bien es cierto que llevaba una temporada descontento con la situación actual del país, nunca me planteé salir de España buscando un sitio mejor para vivir donde tener alguna oportunidad que aquí no existiese. Me gusta mi país, me gusta la gente que vive en él con sus virtudes y sus defectos. Aquí están mis raíces y mi gente. Me siento español y gallego y creo que la calidad de vida que hay en mi tierra no es fácil de encontrar por ahí adelante. Desde luego que hay muchas cosas que mejorar pero ¿dónde no?

Una vez definido el contexto en el que se encuadra mi viaje, este trigésimo paso hablará brevemente sobre la situación actual en España y la desesperación que está empujando a la gente a plantearse emigrar o a hacerlo directamente. 
Pez saltando de la pecera
Por primera vez desde que se registran datos migratorios se obtuvo un balance negativo en 2011 (37.000 personas), es decir, salió más gente del país a buscar trabajo que la que entró por el mismo motivo. El dato continúa y se incrementará probablemente en 2012, con 27.000 personas menos sólo en el primer trimestre. La crisis económica está propiciando que cada vez más gente trate de encontrar una vida mejor o un trabajo que no aparece, esta vez fuera de nuestras fronteras. La situación empieza a ser insostenible y cuando nos vemos desbordados nuestro instinto nos invita a escapar a los problemas y dejarlos atrás, aunque muchas veces eso no solucione nada.

Ayer pasó a la historia una pobre desgraciada por dedicarle al pueblo que la ha votado un sonoro "¡que se jodan!" cuando nuestro presidente (sic) acababa de anunciar nuevos recortes económicos y sociales, los más duros de la historia de nuestro país, entre los aplausos de sus afines. Hace meses se dio el mismo caso en Italia, pero fue mediatizado porque la ministra encargada de comunicarlos rompió a llorar ante el más que posible prejuicio que sus medidas iban a causar a sus ciudadanos. En España la corrupta casta política es ajena al pueblo, han olvidado a quien sirven y ya ni siquiera disimulan sus mentiras en campaña. 

Camino de los 6 millones de parados, se respira un ambiente cargado y enrarecido, donde cualquier chispa puede encender la gasolina de la calle y conducir, por fin, a una verdadera revolución donde el pueblo vuelva a tener voz y despierte para exigir y recuperar los derechos que está perdiendo a pasos agigantados en los últimos tiempos. Las redes sociales arden de rabia, se forman manifestaciones espontáneas en muchos puntos del país, la gente está desesperada, los recortes continúan y cada vez la indignación se hace más presente en la sociedad. Es el caldo de cultivo idóneo para que cualquier nueva salida de tono de los políticos, cualquier nueva medida fuera de lugar, haga que ese día (ojalá) todo cambie. Y aunque no me gustaría perdérmelo, podría darse el caso de tener que vivirlo pegado al ordenador en el otro extremo del planeta.

Mucha gente bromea con que los transporte en la maleta, "llévame contigo", "qué suerte tienes que vas a estar a miles de kilómetros de todo esto"... Lejos de estar contento por ello, me aterra pensar qué está pasando cuando tantos conocidos, ex-compañeros de trabajo, amigos, familia, se están planteando la misma solución. Hasta qué punto está mal nuestro país cuando esto se ha convertido en sálvese quien pueda. Es sencillo encontrar vídeos en Internet o en televisión (bendito Twitter) con auténticas tragedias personales día sí y día también. Yo mismo estuve hace cosa de un mes en una oficina del SEPE durante una media hora y puedo asegurar que las historias que se escuchan en los corrillos de la sala de espera desgarran el corazón a cualquiera, aunque sean desconocidos.

De plantearnos la opción de salir del país en busca de trabajo, tenemos que ser conscientes de a qué nos estamos enfrentando. Emigrar a otro país no es sencillo en absoluto y nos podemos pegar el palo de nuestra vida. Tenemos que tener claro qué opciones hay de encontrar trabajo o incluso si podemos hacerlo legalmente, si dominamos alguno de los idiomas que necesitamos para trabajar allí, si tenemos el dinero suficiente para ir tirando una temporada si algo sale mal.. Hay muchos factores a tener en cuenta y el proceso de preparación debe ser el adecuado.

Para terminar, la cita que cierra este punto no es para nada graciosa, pero resume con algo de ingenio la penosa situación laboral de España, al menos en el sector IT:
"En España, hay tres salidas laborales: tierra, mar y aire"

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