Paso 90: 9 meses


Han pasado exactamente nueve meses desde que, como ahora, me encuentro en un avión con un viaje intensamente largo por delante. Igual que la vez anterior, han vuelto las prisas de última hora con los preparativos y los nervios al cruzar los controles de seguridad. Aunque esta vez, no hay ansiedad ni incertidumbre por saber qué habrá al otro lado.

Muchas cosas han cambiado en este tiempo: he mejorado mi inglés (sobre todo en cuanto a confianza se refiere), he crecido un poquito más como persona, he descubierto lugares increíbles y gente de todo el mundo, he recuperado las ganas de trabajar en aquello que me apasionaba tiempo atrás a la vez que tengo un poco más claro qué quiero hacer con mi carrera (el dónde está todavía por decidir) y, además, una persona muy especial ha entrado en mi vida… Not bad!

Sigo luchando por escapar de la rutina, es algo para lo que no estoy preparado todavía y necesito nuevas emociones de vez en cuando. Se supone, porque el ‘sistema’ así nos lo aconseja, que uno debería empezar a plantearse quedarse tranquilito en un sitio y organizar su futuro sin demasiados sobresaltos… Qué lejos veo eso para mí. No puedo parar de pensar en cuándo tendré la ocasión de dedicarme a viajar durante unos cuantos meses y hacer ‘el viaje’ que calme por una temporada mi espíritu inquieto por naturaleza.

Probablemente sea absurdo lo que pienso y esa sed de descubrir, de conocer, de tener la mejor sensación del mundo al aterrizar en un nuevo país nunca desaparezca. Intentaré demostrármelo con el tiempo, aún no sé cuándo…

De vuelta en el mundo real, mientras escribo esto me esperan 8 horas hasta Guanzhou (China), 17 horas después para llegar a París, 2 más para Madrid y unas 15 por último para llegar a Coruña. Unas apasionantes 42 horas para cruzarme el planeta y ver a los míos de nuevo, que ya tenía ganas. Recuperar energías, comer bien, ver a los amigos, disfrutar de la familia, replantearse objetivos, la boda de mi hermana… Todo suma para querer volver a casa, aunque sea por unos días.
Mi ruta de vuelta a casa!!
Aunque no todo son ventajas y es que habrá algo que echaré de menos cada día: ver la sonrisa más bonita del mundo, que me hace olvidar los problemas y sentirme la persona más especial del mundo. Me haces pensar a menudo que nada podría salir mal. Espero que me cuentes cosillas nuevas cuando vuelva y que tu día a día haya estado lleno de buenas noticias mientras yo haya estado lejos. Y en nada, estaremos celebrando tu cumpleaños en Melbourne, disfrutando de la Great Ocean Road. Estoy seguro de que este será el primero de muchos sitios por descubrir juntos. Nuestro viaje aún comienza ahora

Contaré más cosillas desde España en unos días, cuando me acostumbre un poco al nuevo horario. Entre otras novedades, mi nuevo trabajo como técnico de networking en una academia de Brisbane J Son pocas horas, pero es un comienzo y, sin duda, algo que echaba de menos. Y perdón por este post que es un poco off-topic.

See you on the other side



Comentarios

Entradas populares